Konnichiwa!
Esto que os voy a contar nos
pasó a mí y a unas compañeras el sábado.
Empecemos con la hora de la
comida.
Ese día teníamos que ir a dos
sitios diferentes por motivo del curso (normalmente es solo en uno). Para ello, nos
dividimos entre los coches que había disponibles. Yo voy y me acoplo en uno con otras tres chicas.
Tan pronto como nos ponemos en
marcha, vemos que delante va el coche de uno de nuestros
compañeros. Nuestra conductora empezó a perseguirlo por la estación de trenes
hacia la ronda de Outeiro, pues "no quería pensar" el camino que
deberíamos tomar hasta Monte Alto (después de comer quién quiere pensar xD).
Pues bueno, llegamos a un semáforo y para desgracia nuestra, se nos pone en
rojo y nuestro compañero continúa. En cuanto se pone en verde, nuestra
conductora le mete caña al coche, acelerando hasta reventarlo, con tal de no
perderlo de vista. De hecho, casi se come a otro que venía por el carril
de la derecha (nuestro compañero cogiera por una calle a la derecha) y pasamos (casi) un semáforo en rojo. Al final
los alcanzamos de nuevo.
Y cuando llegamos a la altura,
más o menos, de la Plaza de Lugo (ya a mitad de camino), pensamos "Pero se estamos seguindo os de Ourense!" Exacto, nuestro
compañero y su copiloto son de Orense, y la tercera que iba con ellos, de
Ferrol. Ahí ya nos empezamos a descojonar vivas de la risa, pues solo a
nosotras se nos ocurría seguir a gente de fuera para movernos por la ciudad, pues
seguían los caminos más largos -estábamos dando un rodeo enorme-. "E todo por non querer pensar por onde teño
que ir", decía nuestra conductora. Los seguimos por los Jardínes y nos
topamos con otro compañero al parar ambos coches (el nuestro y el de Orense) en
un semáforo. Y seguía el cachondeo.
Cuando ya estábamos llegando a
nuestro destino, abandonamos la persecución y fuimos por un atajo. Buscando
sitio descubrimos que los Orense llegaran antes que nosotras y ya tenían el
coche aparcado. Nosotras lo dejamos unos metros más adelante.
Reunidos ya en la puerta,
descubrimos algo increíble.
Resulta que el de Orense estaba
persiguiendo a otra compañera (a ver si así no se perdía), pero la perdió de
vista a la altura de la estación de trenes, pues un semáforo les cortó el paso
y la otra chica (que sí es de Coruña) siguió adelante. Y otra vez a
descojonarnos. No nos lo podíamos creer. Perseguimos a un foráneo que a su vez
perseguía a una local. Solo nos faltaba que esta última estuviera persiguiendo
a su vez a otro.
Fue una experiencia muy épica.
Y todo esto pasó por no querer
pensar la ruta que habría que seguir.
Ciao
Akatsuki
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